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martes, 3 de abril de 2012

"Un coche normal va a 100 por hora y un niño con AC va a 130. Al cabo de 10 años, un chaval con un cociente de 130 hace bien lo de un niño de 13 años"


Con esta explicación «demasiado simplista» introduce el psicólogo Francisco Gaita a unos padres «con miedo y llenos de dudas» en la realidad del 2-3% de la población, que es la que se estima que tiene una inteligencia fuera de lo común.

Fundador, hace 20 años, de la Asociación Valenciana de Ayuda a Niños con Alta Capacidad, Gaita participa en unas jornadas organizadas por la Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa-Alcagi de la mano de La Salle San Luis Ikastetxea y Kutxa.

- ¿Qué significa ser una persona con altas capacidades o superdotada? ¿Es lo mismo?
- No son lo mismo. El de las altas capacidades es un término muy objetivo. Casi nunca añadimos 'intelectual' porque damos por supuesto que estamos hablando de este tema. Pero hay que decirlo, porque también hay altas capacidades para la música, para el deporte... La alta capacidad intelectual es algo muy específico, que se constata con unas pruebas que se emplean internacionalmente. Eso es indiscutible, y ningún psicólogo, pedagogo, director de colegio o conseller puede venir a rebatirlo. ¿Este niño tiene altas capacidades? «Pues sí, es alto, mide dos metros. Es lo que hay». Me gusta hacer la comparación con la altura porque nos permite deducir muchas cosas.

- ¿Como cuáles?
- ¿El que tenga dos metros quiere decir que este niño tiene el corazón bien? No. ¿Que tiene los pies planos? Quizás. ¿Que tiene en su pueblo una cancha de baloncesto? Probablemente, o no. ¿Que tiene un entrenador de baloncesto con el que se lleva bien y que sabe sacarle todo el partido? Pues sí o no. ¿Que tiene padres aficionados al deporte y le apoyan? Puede ser que sí, o no. ¿Que sus compañero le aceptan? Sí o no... Lo que quiero decir es que ese chaval tiene unas características que obligan a comprarle zapatos que no tienen que ver con su edad o a comprarle una cama que tampoco corresponde a sus años. Tiene unas características físicas con unas necesidades especiales. ¿Pero tiene que ser necesariamente jugador de baloncesto? Pues no.

- Así que ocurre lo mismo con los chavales con una capacidad intelectual fuera de lo común...
- Exactamente lo mismo. ¿Un niño con altas capacidades tiene unas necesidades educativas especiales? Naturalmente que sí. ¿Que tiene que haber una aceleración (adelantarle a un curso que no corresponde a su edad)? Depende. ¿Que tiene que ser un bicho raro? O no. ¿Que va a ser más o menos aceptado socialmente? No se sabe.

- ¿De qué depende que desarrollen o gestionen adecuadamente esa capacidad extraordinaria?
- Volvamos al niño alto. Depende de que haya una cancha de baloncesto. Si no hay ningún colegio que le atienda, si se lleva mal con el entrenador, con el profesor, lo gestionará mal. Si el padre no lo acepta o lo estimula, pues mal. Y si sus compañeros le rechazan, va incluso a esconder esa capacidad. ¿Que va a ser un estupendo jugador de baloncesto o un gran universitario? No necesariamente.

- ¿En qué se diferencia la alta capacidad y la superdotación?
- La palabra superdotado se emplea en muchas zonas de EE UU, Canadá, Australia... para referirse al niño de altas capacidades muy bien integrado, estimulado y que tiene éxito. Algunos psicopedagogos dicen que el que de verdad es superdotado no necesita ayuda. Y así es si por definición se selecciona como superdotado al que no necesita ayuda. En cambio, el de altas capacidades no por tenerlas tiene éxito. El niño superdotado estupendo es el niño encantador que todos los profesores quieren. Los de altas capacidades pueden ser insoportables, porque tú le haces la vida insoportable: no se atienden sus necesidades, no son comprendidos.

- ¿Hasta qué punto está el sistema educativo adaptado?
- Yo he participado en unas cuantas discusiones en tribunales de Justicia de varias comunidades autónomas y hemos ganado siempre, porque la ley está de nuestra parte.

- ¿Qué pedían, aceleraciones de curso para estos chavales?
- No siempre, también adaptaciones curriculares. Yo inicié mi trabajo con niños deficientes, y en ambos casos se parecen: tienen necesidades educativas especiales, pero no todos son iguales y están igual de integrados, no son igual de simpáticos, sociables, emocionalmente estables... Desgraciadamente, cuando describimos un niño con altas capacidades no estamos diciendo que tenga un equilibrio emocional perfecto. ¿Por qué? A veces, no siempre, por culpa de su alta capacidad. Otras, porque sus padres se están divorciando, tiene celos... Otros son emocionalmente maravillosos, pero no porque sean inteligentes.

- ¿Cómo se lleva a cabo en la práctica una adaptación curricular?
- Cada niño es un mundo en cuanto a sus motivaciones y hay que encontrar una respuesta personalizada. Por ejemplo, hay niñas de tres años y medio que leen perfectamente y con darles lectura casi resuelves la situación. Hay niños que a los 5-6 años multiplican y con darles libros de entretenimientos matemáticos solucionas el problemas. Hay niños que con 8 años son expertos en agujeros negros o en animales prehistóricos, por lo tanto, hay que intentar encontrar sus intereses y no cercenárselos.

- ¿Es cierto que la escuela es para muchos de estos niños una especie de tortura porque se aburren?
- Me atrevería a decir que no aburrirse es su primera necesidad educativa especial. Si se aburren en clase a los 5 años, estás perdido. Y si los padres les obligan a hacer los deberes, están perdidos. Le estás obligando a asumir que ir a clase y hacer deberes es su obligación, cuando debería ser su devoción. El placer de un músico es escuchar y tocar música, el de un atleta es practicar atletismo, y el de un niño de altas capacidades es entender, razonar, discurrir... Suelo explicar a los padres que los deberes y los placeres intelectuales deben ir juntos. El niño inteligente tiene que dedicar, quizás mas tiempo que los demás, a aprender. Pero no como deber. ¿En qué se nota que una persona es inteligente? Pues, si no le ha ido muy mal en la vida, en que está trabajando en algo que le gusta. Si conseguimos que padres y educadores entiendan estos, estarían salvados.

EDUCACIÓN - Francisco Gaita Homar Psicólogo especialista en altas capacidades


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