La tecnología
será la nota dominante en las aulas, con conexión wifi, pizarras digitales y
ordenadores con acceso a Internet.
En los próximos
años, las aulas se caracterizarán por un rasgo: la innovación. De la mano de la
tecnología,
los alumnos ampliarán sus posibilidades de aprendizaje gracias a la conexión
wifi, las pizarras digitales y los ordenadores con acceso a Internet. Algunos
de estos factores, de hecho, ya son habituales en algunos centros. Así se
conforman las denominadas aulas interactivas, donde el alumno gana
protagonismo y potencia su tarea investigadora, con acceso inmediato a la
información. A continuación se explica el modo en que se integrará la tecnología
en el aula interactiva, cómo se conformarán los diferentes espacios para
aprender, el programa eTwinning como modelo para las aulas del futuro y qué
papel jugará el profesor en este contexto.
Integrar la tecnología en el aula
videoconferencias, juegos interactivos, pizarras digitales y mesas con conexión wifi y acceso a Internet controdadas por los propios alumnos. Así se espera que sean las aulas del futuro, un conjunto de experiencias que se prueban en la actualidad en Bruselas, en el Future Classroom Lab (laboratorio de la clase del futuro).
Esta iniciativa
parte de la red European
Schoolnet, que vela por la innovación en el aprendizaje. Formada por los
ministerios de educación de 30 países europeos, escuelas, profesores e
investigadores, fomenta el trabajo conjunto de estos agentes para definir las
características del aula del futuro.
La finalidad
del Future Classroom Lab describe con claridad qué se persigue: "ayudar a
visualizar la forma en que las aulas convencionales y otros espacios de
aprendizaje pueden reorganizarse fácilmente para apoyar el cambio de estilos de
enseñanza y aprendizaje". Ubicado en Bruselas, este laboratorio se ha
diseñado como un aula en el que investigadores y los propios docentes y
estudiantes prueban diferentes tecnologías
aplicadas a la enseñanza y el aprendizaje.
Además de los
avances citados, en un futuro cercano también se espera que el
teléfono móvil y las tabletas ganen protagonismo en el modo de aprendizaje.
Si hasta ahora su uso estaba restringido en las aulas, sobre todo en el caso de
los celulares, estos dispositivos se convertirán en aliados mediante aplicaciones
específicas para mejorar las competencias de los estudiantes. Pero no será el
único aparato que comparta espacio en el aula con alumnos y docentes. Las
tradicionales aulas de informática, donde los estudiantes dedican un horario
específico para aprender el manejo de los ordenadores, han dado paso al empleo
de netbooks
en el aula, que los propios alumnos llevan de sus casas.
Aula interactiva y diferentes espacios para aprender
El aula del
futuro se dividirá en diferentes áreas
de aprendizaje o "learning spaces". A diferencia de las
aulas habituales, donde todo el espacio se destina al mismo fin, las
previsiones apuntan a áreas diferenciadas donde se llevarán a cabo distintas
tareas. El objetivo es que los estudiantes participen más en el desarrollo
de las clases, por lo que se plantean aulas interactivas.
En este nuevo
diseño, se reserva un espacio para la interacción más pura, donde los
profesores tienen la oportunidad de recurrir a la tecnología
para fomentar la participación de los alumnos. Otra de las áreas se reserva
para presentaciones, con una pizarra digital que permite el trabajo en
grupo y una disposición en la que los estudiantes se reparten en gradas para
facilitar la comunicación e interacción entre todos ellos.
El resto de
espacios se mantienen para la investigación, la creación, el intercambio y
el desarrollo. La tecnología
está presente en todas ellas para facilitar el acceso a la información a través
de Internet, el trabajo en grupo o el diseño de vídeos. La zona para
"desarrollar" se dedica al trabajo y la investigación individual, con
recursos variados, como diversas publicaciones y ordenadores con acceso a
Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario